Los miedos van invadiendo
mi mente una vez más junto a tu sonrisa;
Mi cerebro da vueltas
constantes,
Se pierde entre ideas y el
ser;
El cielo blanco grisáceo
camina al paso de tus labios;
La danza de la agonía me
lleva a traer recuerdos,
Y yo, incapaz;
Todos los tintes y colores
que rodean tu mirar,
Hacen que mi mano
innegable busque acariciar;
A través de la espuma
color canela,
Y con tu imagen aún dentro
de mi,
Me voy acostumbrando a
esta soledad tan mía,
Mía porque no hay nada más
que yo y el ruido;
Perdiendo poco a poco la
noción del tiempo,
Tus historias se van
desvaneciendo bajo las sombras de mis pupilas;
Quiero huir de tu nombre,
Me uno a la fila de
sollozos;
En mis fronteras, en el
mismo espacio,
Mi espíritu se expande en
busca de mi alma,
Aunque de mi caen una y
otra vez las hojas verdes,
Vuelven a caer sin
importar lo otoñales;
Los pasos se sienten como
eternos y escucho todo como un grito;
La espuma desapareció;
Y solo queda el último
café.